Doble ración de realidad común ¡

- Creces, experimentas, aprendes, crees saber como funcionan las cosas, estás convencido de haber encontrado la clave que te permitirá entender y enfrentarte a todo. Pero después, cuando menos te lo esperas, cuando el equilibrio parece perfecto, cuando crees haber dado todas las respuestas, o al menos la mayor parte de ellas, surge una nueva adivinanza. Y no sabes qué responder. Te pilla por sorpresa. Lo único que consigues entender es que el amor no te pertenece, que es ese mágico momento en que dos personas deciden a la vez vivir, saborear a fondo las cosas, soñando, cantando en el alma, sintiéndose ligeros y únicos. Sin posibilidades de razonar demasiado. Hasta que ambos lo deseen. Y no habrá manera, hechos o palabras que puedan hacer entrar en razon al otro. Porque el amor no responde de razones.